viernes, 30 de septiembre de 2011

Sistema enfermo, transporte que integra


El Diagnóstico, pretexto para un medio de transporte integrador y modelador de una ciudad más amable


El concepto de vida, pensando que en un instante del tiempo y el espacio se dan las condiciones exactas entre compuestos compatibles que generan  innumerables  reacciones químicas, uniones ligadas a las leyes de la física y procesos biológicos de evolución hasta llegar a un sistema conformado de átomos, moléculas y órganos los cuales cumplen funciones determinadas en el organismo e interactúan transversalmente en este, dan conexión y coherencia a una unidad más grande de sistema la cual alberga a sus precursores con sus funciones respectivas,  puede llevarse al gran concepto de Ciudad y sus interacciones.

Cada organismo está formado por distintos compuestos funcionales, esto también depende del medio donde crezcan y se desarrollen, es aquí donde también podemos homologar la enfermedad de un organismo con la ciudad afectada por un virus o bacteria que es incompatible a esta y la cura respectiva a estos entes nocivos. Estas soluciones están  relacionadas directamente a como se administre y donde la “vacuna”

Hoy en día nuestras ciudades sufren enfermedades de la misma forma que un organismo viviente, las cuales sin duda afectan directamente a sus habitantes y al habitar de estos.

 Siendo un tipo de especialista en una patología  se podría diagnosticar a ciertos sistemas enfermos a través de la observación de sus componentes por medio de la percepción, esto se logra por medio de la movilidad cotidiana que existe entre lugares habituales dentro de la ciudad por parte de nosotros, sus habitantes, convirtiéndonos en una masa crítica dispuesta a brindar soluciones y exigir un habitar que no solo nos albergue de buena forma sino que también nos permita desarrollarnos de manera integral .

 Unas de las enfermedades diagnosticadas por mi y muchos otros habitantes de la comuna de Valparaíso es la falta de un sistema de transporte integrador y democratizador que permita acceder a todos los bienes de la ciudad de una forma más contemplativa hacia nuestro entorno dejando ese fanatismo por los vehículos motorizados que entorpecen la visión cotidiana de la ciudad hacia un diagnostico minucioso y de calidad.

Considero que nuestra ciudad es totalmente abordable recorrerla sin la necesidad prioritaria de medios de transporte que impliquen rapidez para acercar puntos de encuentro o de una maquinaria ruidosa e invasiva que daña el entorno.

“La forma en que la gente se mueve, modela la ciudad y determina el modelo de ciudad en que vivimos” [1]


Ahora bien no se trata de una cruzada en contra de estos sistemas de movilización, sino que un tipo de equilibrio y ordenamiento en la ocupación de la infraestructura vial de nuestra ciudad.

La vacuna

La propuesta es entonces la bicicleta o más bien la bicicultura que plantea un cambio en la sociedad partiendo por la ciudad en si hacia una transformación urbana por medio de la ocupación masiva de este transporte por medio de una planificación integradora y un ordenamiento de los actores móviles de la ciudad creando un ritmo más pausado por este medio de transporte que posibilite la conexión y una relación entre las personas. Por lo tanto la masificación de este medio de transporte le da a la ciudad una impronta más humana

Ahora bien muchos proyectos podrían nacer a partir de esta iniciativa apelando al derecho que tienen los usuarios de bicicletas de poder desplazarse libremente y de forma segura por la ciudad

 Mas allá de una ley que permita la optimización de este medio de transporte dentro de las leyes de tránsito o la misma ley de veredas, que por lo demás es considerado en conclusión como anti ciclista, las decisiones sobre cambio infraestructural para adecuar las calles en pro de la seguridad de los usuarios es totalmente unilateral en cuanto a que proyectos de mayor envergadura a nivel regional e interés de privados abarcan una esfera mayor dentro del desarrollo regional por sobre el desarrollo socio-cultural de los habitantes a nivel mas local.

El síndrome

Se nos viene al conciente entonces la raíz del problema. El discurso que dentro de la regionalización y el espíritu de la CONARA en definitiva primaba como conciliador en estos tres tipos de desarrollo (económico, social y cultural), pero que en definitiva no es mas que buscar iniciativas y propuestas a nivel macro que dejan de ser integradoras y no permiten conjugar la heterogeneidad de los espacios en definitiva

“El proyecto de ley conocido como "Ley Vereda" o "Ley Anti-ciclista" que un grupo de parlamentarios UDI presentó al Congreso el pasado mes de abril, provocó un amplio rechazo de ciclistas y peatones, y a la vez generó un fuerte debate en los medios de comunicación. ¿Por qué? Porque en su único artículo proponía sacar las bicicletas de las calles y avenidas, obligándolas a transitar exclusivamente por ciclovías, y en ausencia de éstas, por veredas.” [2]

Es increíble como se toman las decisiones siempre con un sesgo de autoridad y egoísmo además de una falta de conciencia integradora a los actores totales de la ciudad. Es difícil conocer los dinamismos de una ciudad y los actores que provocan tal movimiento citadino cuando los encargados de normar en pro de la seguridad y el desarrollo integro de una región son monorutinarios y en ningún caso tienen participación empírica en lo que reinan

Conclusiones

La bicicultura promueve mas allá de una petición de normas que regulen el actuar de los usuarios, transeúntes y motorizados, una conciencia masiva y educadora a través de la cercanía que este medio de transporte proporciona. La idea es que los usuarios o próximos usuarios de bicicletas se atrevan a ocupar el espacio en donde se movilizan modelando la ciudad en torno a un flujo más amable e integrador por medio de movilizaciones y actividades que reúnan a la familia, deportistas profesionales, aficionados, trabajadores, bikers y que den cuenta de que aunque en nuestra ciudad no existe la infraestructura óptima  para promover vías adecuadas, si se puede compartir las vías existentes a través de la educación y la utilización masiva de la amada “bici”.

Bibliografía

[2]Ley de verdeda
-Espacios para una geografía social, humanista y crítica- Joaquín Gallastegui Vega; juan Galea Alarcón.

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